Buenas tardes:
Vengo a aportar mi granito de arena sobre el debate acerca del impacto de la IA en nuestro trabajo. Hace un par de meses, en una entrevista de trabajo, le preguntaron a un compañero acerca de la utilidad de sus estudios de Traducción e Interpretación, dado que DeepL y ChatGPT pueden “hacer nuestro trabajo”. Esto generó entre nosotros un debate del que extraje las siguientes conclusiones.
Considero que desde fuera de nuestro gremio se sobrevalora el impacto de la IA. Si bien las traducciones automática y asistidas que cuentan con herramientas de IA gozan de gran calidad, la IA no posee (todavía) el conocimiento cultural, jurídico y hasta moral que tienen los seres humanos. Cuestiones como las connotaciones o el trasfondo cultural de una expresión van más allá de las capacidades de la IA. Si ya es extraordinario que una IA sea capaz de razonar por qué dos más dos suman cuatro, la situación en que sea capaz de razonar moralmente y de discriminar por qué una palabra es adecuada o no con base en cuestiones morales, políticas, históricas, etc. queda aún muy lejos.
Además, la IA es una facilitadora, no una sustituta. Creo que en el futuro la IA hará que se democratice el acceso a muchos servicios, como los jurídicos o los de traducción. Del mismo modo que WhatsApp, al facilitar la comunicación, hace que los intercambios de información sean mucho mayores (es más sencillo enviar un mensaje que mandar una carta, por lo que ahora compartimos mucha más información y muchas más veces que en el pasado), creo que la IA hará que haya muchas más traducciones, muchos más pleitos, etc. y todos ellos más baratos y rápidos y de mayor calidad.
Un saludo,
José Mª Asencor Juaristi